adios al storytelling

El fin del storytelling en branding (y qué hacer ahora)

El concepto de storytelling, que lleva unas 4–5 décadas, no es ni más ni menos que contar una gran historia. Previo a las redes sociales, era un ejercicio relativamente sencillo: se definía una gran idea y se bajaba a 2–3 piezas clave (TV, gráfica, radio, vía pública). Pocos canales, poca competencia, mensajes estables y un alto control de la narrativa.

Después llegaron las redes sociales, donde se sumaron formatos nuevos, pero la lógica era la misma: una historia central y algunas adaptaciones para digital. Seguías teniendo el timón.

Bienvenidos al nuevo mundo

Hoy todo es distinto:

  • La narrativa lineal se diluye entre miles de estímulos que compiten por segundos de atención.
  • Muchos más canales (y sus formatos): redes, sitio web, e-commerce, prensa, e-mail, WhatsApp, influencers, marketplaces…
  • Audiencias microsegmentadas que esperan mensajes hechos a medida.
  • Publicar mucho más y con más frecuencia.

Y, por si fuera poco, ruido por todos lados: marcas, medios, creadores, IA generativa… y el algoritmo.

El algoritmo manda (aunque no nos guste)

El algoritmo no es neutro: te exige jugar con sus reglas.
Más videos, más gente hablando frente a cámara, más publicaciones por semana. Si querés visibilidad, hay que darle lo que pide.

En la práctica, el algoritmo está decidiendo cómo y cuándo se cuenta tu historia. El storytelling ya no responde solo a la estrategia de marca… también a los caprichos de cada plataforma.

El problema

Ese “gran relato” único ya no alcanza.
Necesitás un ecosistema narrativo que:

  • Hable distinto a públicos distintos.
  • Mantenga coherencia sin depender de una sola historia.
  • Sepa adaptarse a lo que cada algoritmo prioriza.

La solución: “ideas madre” flexibles

El nuevo juego es pasar del storytelling al story-shaping:

  • Escuchás, ajustás y volvés a salir.
  • Tenés claro qué decir, a quién, en qué canal y en qué momento.
  • Diseñás una idea madre capaz de partirse en mil microhistorias… y seguir sonando a vos.

Pero ojo: la flexibilidad no es solo creativa.
Tiene que estar en toda la cadena:

  • Creativos que no se enamoran del guion original.
  • Agencias que se mueven rápido.
  • PYMEs que aceptan que la historia cambia según el contexto… y según lo que dicte el algoritmo esa semana.

El storytelling no murió

Lo que murió fue el monólogo.
Ahora es una conversación constante, en la que el algoritmo también mete cuchara.
En Flux One ayudamos a marcas a transformar este aparente caos en una sinfonía coherente, conectando a creadores, plataformas y audiencias para que, sin importar el canal, el mensaje siempre tenga la misma firma.